En primer lugar, considera los recursos que necesitarás (por ejemplo, panel de control y tipos de soporte) para gestionar tu VPS. Si está trasladando un sitio existente, piense en las razones por las que está cambiando a un VPS (el sitio funciona con lentitud, los visitantes reciben errores 404 en momentos de mucho tráfico, poco almacenamiento, etc.). Examine también el uso de datos de su sitio actual para determinar qué recursos (CPU, RAM y almacenamiento) necesitará para que funcione a máxima velocidad. Otra ventaja de un VPS es que si más adelante necesitas más recursos, la mayoría de los hosts facilitan la actualización. A continuación, busca planes que incluyan funciones de copia de seguridad y restauración, así como herramientas de supervisión del servidor. Independientemente de dónde aloje su sitio, de vez en cuando surgen problemas con el servidor. Así que herramientas que te avisan de los problemas y crean copias de seguridad.

Por último, si es nuevo en el mundo de los VPS o no tiene tiempo para gestionar y mantener su servidor, considere los VPS totalmente gestionados. Este servicio incluye un equipo dedicado de expertos disponibles para configurar, supervisar y solucionar los problemas del servidor y mantener y optimizar su servidor, así como para ayudarle con todas sus preguntas.